miércoles, 5 de junio de 2013

JUG FACE (2013)

Jug Face, Chad Crawford Kinkle



Ayer le tocó el turno a Jug Face en Nocturna.
Hablamos de la opera prima del director Chad Crawford, una película opresiva y asfixiante enmarcada en una comunidad de habitantes poco civilizados y avanzados de la América Profunda, con sus extrañas costumbres y rituales. Viven tan aislados en su burbuja, que hasta pasado un rato de metraje no sabemos en qué época está ambientada la película. ¿Estamos hablando de El Bosque? Podría ser… pero no, el argumento va por otros derroteros.


El director sabe crear una atmósfera sofocante y angustiosa en la que no hay escapatoria para nadie. Es el precio que deben pagar los habitantes de este lugar…

Las relaciones incestuosas tienen que hacer frente a un puritanismo extremo, en el que las relaciones de pareja vienen impuestas y donde las mujeres solo sirven para procrear, cuantos más hijos mejor (acabaremos entendiendo por qué). Además, nos encontramos con sacrificios, ritos extraños, un hoyo que da la vida y la quita, asesinatos y, por supuesto, las jarras que dan título a la película.


Una de las sorpresas de Jug Face es la reaparición de Sean Young, en un papel de madre autoritaria y malvada muy disfrutable. El actor Sean Bridgers, haciendo del tonto del pueblo, lo mejor de todo el reparto.

A pesar de sus 90 minutos de duración, la película se hace un poco larga…. Pasan muchas cosas, sí,  pero hay momentos a los que le falta más dinamismo. Aun con todo, se deja ver sin problema.
Hay un elemento en la película que chirría considerablemente y no se entiende muy bien su razón de ser, hablo del fantasma / evitado, que ejerce de “hada madrina buena” sin venir mucho a cuento.
Queda patente el limitado presupuesto, lo cual, por supuesto, no me parece ningún defecto, pero echo de menos asesinatos más gráficos y sangrientos. SPOILER: Y, en este caso, el no enseñar monstruos ni criaturas del más allá, beneficia a la película y la hace más creible y misteriosa. FIN DE SPOILER.


El final, seco, rotundo y (más o menos) inesperado, de lo mejor de toda la función. Por mucho que se intente, no se puede escapar del destino.



6,5/10

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